Cada vez se ven más bicis plegables en la concentración de Bici Crítica de cada mes en Alcalá de Henares. No puedo asegurar lo útil que puedan ser estas concentraciones para conseguir que a alguien del Ayuntamiento se le ocurra trabajar a favor de la movilidad urbana en bicicleta, pero desde luego sí que animan a muchos ciclistas a seguir pedaleando, y llaman la atención del resto de ciudadanos: los hay que parecen mirar molestos al variopinto grupo que se forma – hay mucho estilo neo-hippie en el de Alcalá – y otros que se dedican a pasear curiosos entre las bicis.
En la concentración de Alcalá abundan los estudiantes extranjeros. Recuerdo a una compañera alemana con la que compartí clases y cafés durante mi tercer año de carrera que me preguntaba con estupor cómo era posible que en una ciudad con tan antigua tradición universitaria no hubiese carriles bici que al menos comunicasen una facultad con otra, o el campus del centro con el del extrarradio.
Los hay que son reivindicativos cualquier día del año, como este ciclista que luce sobre su bici dos mensajes con bastante carga, yo los traduciría así: “Pedaleando (una declaración silenciosa) contra las guerras del petróleo” y “Comparte las calles, dale a la bici 13 centímetros”. Nunca me había planteado que mi empeño en mover el coche lo menos posible podría reducir las presiones por la obtención de petróleo. Lo que sí que me había planteado es que somos un país con una gran dependencia energética de otros países (no sólo petróleo, sino también gas natural), cuando deberíamos ser una potencia exportadora de energías renovables: sólo instalando placas solares en un uno por ciento de la superficie del desierto del Sahara se podría paliar la crisis energética en toda Europa. Tal vez el potencial de España no sea tan grande, pero seguro que podemos aportar mucho más de lo que aportamos ahora.
2 ideas sobre “Bici Crítica en Alcalá de Henares”
La verdad es que somo unos dependientes energéticos… l@s que nos movemos en bici un poco menos, pero Europa ha firmado un tratado con los países del norte de África para instalar placas solares allí, y traernos la energía para aquí.
Dejarán de aprovecharse de los pobres cuando lo sean ellos.
Dejarán de ser pobres de espíritu cuando dejen de lado las riquezas materiales.
Dejaremos de pedir imposibles cuando nos den todo lo posible.
Pedaleros saludos!
La verdad es que la de Alcalá, que según tengo entendido, tiene apenas unos meses, es un ejemplo para el resto de masas críticas. En Santander han empezado este mismo verano (el más difícil todavía) y parece que les va bien.
Me pone de muy buen humor ver como todo esto va para alante. Además… la masa de septiembre siempre tiene papeletas para ser multitudinaria, con el aliciente de tener el día de la movilidad cerca.