En plena Castellana y por la mañana temprano… Ni los más osados podrían decir que es una buena idea acercarse a esa entrevista de trabajo con el coche. Consulto el Callejero y la parada de tren más cercana está un pelín lejos: con el frío que hace por las mañanas me vendrá bien pedalear un poco para entrar en calor; además, sobrevivir al tráfico motorizado activa las neuronas, y no viene mal llegar con la mente despierta cuando un consultor de recursos humanos se dispone a diseccionar cualquiera de tus gestos.
Durante el trayecto en tren sucumbo a algunas dudas: ¿Tal vez me verán llegar en bici y esto les hará pensar que no soy el tipo de persona seria y gris que necesitan?
Llego a las oficinas y pregunto por mi entrevistador: la amable recepcionista me informa de que el consultor en cuestión no trabaja en esas oficinas, sino en las oficinas que la misma empresa tiene unas cuantas decenas de números más allá en la misma Castellana. ¿Por qué demonios una empresa tiene dos oficinas en la misma calle? ¿Es alguna especie de trampa para reírse de los sofocados pardillos que se confunden de oficina y tienen que llegar a la otra en tiempo récord?
Bendita sea mi Dahon, las tres manzanas que me separan de mi segundo destino vuelan, y ni siquiera sé lo que es buscar un sitio para aparcar: al final no he podido evitar proclamar orgullosa que gracias a mi bici he conseguido llegar a tiempo a pesar de la confusión. Nunca, nunca más volveré a dudar si mi bici es adecuada para mi imagen en una entrevista de trabajo o no: si a la empresa no le gusta mi bici, temo que a mi tampoco me va a gustar la empresa en cuestión.
8 ideas sobre “Entrevista de trabajo en Bici”
¿Y qué tal la entrevista? Porque por cómo va puedes suponer si te cogen o no.
Hay que estar siempre orgullos@ de moverse en bici por Madrid, y estoy contigo, si no les gusta que me mueva en bici, a mi no me gusta su empresa 😉
“si a la empresa no le gusta mi bici, temo que a mi tampoco me va a gustar la empresa en cuestión.”
Sólo por esta frase, mereces que te quintupliquen el sueldo. Un trabajado en bici, lejos de ser una mala imagen debería ser la mejor imagen posible para una empresa: empleados modernos, sanos, deportistas (ergo: no están de baja cada dos por tres), respetuosos con el medio ambiente.
Lo que dices de “llegar activado” al trabajo no es ninguna tontería. Yo iría en bici aunque no hiciera falta porque llegas con ganas de comerte la oficina, nada que ver con el cuerpo entumecido y friolero de bajarte de tu caliente coche, con las marcas de la sábana aún en el culo 😀
Espero que todo fuera muy bien en esa entrevista 😉
La entrevista bien, aunque de momento no es para ningún trabajo en concreto… ¡Consultoras!
Llegar más activo por la mañana, con mejor salud (salvo que tengas un duelo a muerte con un autobús, que no sé muy bien qué les pasa con las bicis pero parecen perros acechando al gato), con menos probabilidades de llegar tarde por un atasco o porque no encontrabas dónde aparcar, con menos motivos para entrar ya desde primera hora cabreado por la puerta… Si alguna vez me veo en la situación de tener que contratar yo a alguien, por favor, que los candidatos vengan en bici.
La semana pasada fui a una entrevista en Bravo Murillo, aparqué la bici en la puerta, me arreglé un poco y subí. Lo primero que me dice la chica, tras saludarme, es si me ha costado llegar. Le contesté que había aparcado en la puerta, y que había llegado antes de lo esperado (3 cuartos de hora desde Vallekas), y como veo que se queda sorprendida, le digo que he venido en bici. En cuanto nos sentamos, mientras me empieza a soltar el rollo, apunta en el CV: BICI, y lo subraya.
Al final no era ninguna bicoca, pero me quedé con buena sensación en als tripas, como si algo estuviera cambiando en la mentalidad de la gente.
Un saludo y una invitación a participar en “Pedal Against The Machine”, el nuevo blog sobre bicis en el que caben vivencias personales, narraciones, odas y demás muestras literarias con la bici como protagonista principal o secundario (http://pedalagainstthemachine.blogspot.com/).
Gracias por el enlace! No son horas de ponerme a cacharrearlo, pero no dudes que lo haré.
Imagino la cara de estupefacción de la chica, porque “aparcar” en la puerta en Bravo Murillo, si dió por hecho que ibas en coche, no es tener suerte, es tener un pacto con el averno.
Yo también la noto, esa buena sensación de que a la gente ya no le molesta que te muevas en bici, ya no somo “raritos” a secas, ¡somos “raritos con gracia”!
Ir en bici es de pobretones.
¡Cómo os gusta llamar la atención a los antisistema!
Saludos desde un Porsche cayenne Turbo S
¡Jaja! Sí, bueno, yo ahora mismo ando bastante pobretona, por eso tuve que aparcar mi cuatroruedas, pero oye… Prueba la bici: ¡lo mismo te engancha! Y si es por dejar bien claro que eres un tío con nivel, tengo vistas unas Velorbis y unas Kronan a partir de los 1000€ que hasta se las puedes dejar sin rubor al aparcacoches del restaurante.