Bicicletas plegables y ciclismo urbano

Reparar un radio partido en mi bici I: ¿qué ha pasado?

Casi un año sin mover los pedales de mi bici, y sin embargo, el trabajo o los exámenes.. Han sido lo de menos. Habría seguido usando mi bici plegable con normalidad (para ir a la biblioteca sobre todo) si no hubiese sido por un radio partido.

¿Y qué he hecho para partir un radio? Pues, la verdad, nada: el pasado otoño Luis partió un radio de su bici, cogió la mía prestada… Y me partió un radio a mí. Desde luego mi chico tiene habilidad para partir radios… ¿Será mala suerte, o él pone de su parte?

Por qué se parte un radio:

Nunca en mi vida he partido un radio, ni siquiera con la bici de montaña, que se lleva sus buenos golpes en las bajadas más pedregosas. Sin embargo en cuestión de semanas Luis ha partido el radio de su bici de montaña y el de las dos bicis plegables que tenemos en casa: Algo hará que fuerce la ruptura de un radio, así que lo mejor para no tener que hacer esta reparación continuamente será saber cuál es la mecánica que produce la avería y evitarla.

Parece que tiene mucho que ver con el estilo de conducción de Luis: creció encima de la bici, compitió en los años de la Universidad, y tiene unas piernas muy potentes, lo que le permite manejar desarrollos muy duros (es decir, el plato más grande y el piñón más pequeño) incluso en cuestas empinadas; además, si os fijáis en la salida de una carrera ciclista veréis que quienes están en cabeza y quieren desligarse rápidamente del pelotón, además de pedalear muy rápido, mueven el manillar de un lado a otro, haciendo que la bici se incline entre sus piernas: así se consigue

  • tal y como yo lo veo,más espacio a los lados, aunque no sé si los ciclistas que compiten lo verán igual: ese movimiento frenético de brazos hace que la gente a tu alrededor se “despegue” de tí, y minimiza el riesgo de engancharte con otro corredor y caer
  • más fuerza en el pedaleo: al inclinar la bicicleta ya no es sólo tu pierna lo que fuerza el movimiento del pedal hacia abajo; cuando mueves un pedal hacia abajo, con los brazos tiras de la bici hacia el lado contrario, de modo que estás ejerciendo una fuerza para que la bici se mueva en sentido contrario al del pedal, estás moviendo los pedales con todo tu cuerpo.

Esto está muy bien en carrera (sí, estoy sacando una rencilla doméstica a la Red, ; ) ), pero las bicis urbanas, salvo que sean de gama alta o específicas para lograr la mayor velocidad (como las fixies de los mensajeros) – no están preparadas para que se ejerzan esta fuerza y estas torsiones sobre ella: al inclinarse la bici, la rueda sufre más fricción y más irregular contra el suelo, va a derecha e izquierda… Las tensiones que soporta acaban siendo excesivas y es comprensible que alguno de los radios acabe cediendo. Al fin y al cabo, las llantas son elementos de la bici cuya fuerza reside en un sistema de tensiones en equilibrio: la llanta de aluminio no es lo bastante fuerte como para mantener su perfecta forma circular bajo el peso de un ciclista y sobre las irregularidades del terreno, son los radios que la mantienen tensa los que le dan su forma. Y esto nos lleva al siguiente punto.

¿Cómo sé que he partido un radio?

En realidad no es que mi radio se haya partido en dos y sus trozos cuelguen lastimeramente de la llanta y el buje. Lo más normal es que se rompa por el remate que lo mantiene sujeto al buje (como la cabeza de un alfiler) o la cabeza que lo sujeta a la llanta, pero el radio sigue ahí en toda su longitud, en su sitio, así que a primera vista no notas que se haya partido.

Notarás que el radio se ha partido…

  • Por el ruido que produce al hacerlo: en ese momento en que estas sometiendo a tu bici a unas fuerzas excesivas, oirás un “tlannnnggg”…. Similar al de una cuerda de guitarra al partirse, o cuando pisas el traste más agudo y la pulsas con fuerza. Es el sonido del radio perdiendo tensión.
  • Al rodar, notaras que la rueda se desalinea y se mueve hacia los lados.
  • En parado: coge los radios uno a uno y comprueba que ninguno se mueve.

Comprobado, el radio está partido, ¿qué hago?

Bájate de la bici enseguida. Si sigues circulando con un radio partido lo más seguro es que sucedan dos cosas, ninguna de ellas buena

  • Perdida la tensión que sostiene la forma circular de la rueda, acabará perdiéndola bajo tu peso, ovalándose.
  • Roto el equilibrio en el sistema de fuerzas de cada uno de los radios, muchos otros se partirán.

Así que te toca arrastrar a tu compañera hasta casa, y ponerte manos a la obra. En el siguiente post hablaremos de cómo cambiar ese radio partido.

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